Lo cotidiano es extraordinario

Hoy, el sábado, es un día bastante relajante de la semana. Cuando me desperté, primeramente vi la luz del sol de mi ventana. Esto siempre me recuerda que hoy ya es un día diferente y que tenga que empezar a prepararme para el día nuevo.

Después abrí la ventana para la ventilación y inmediatamente escuché algunos ruidos, incluyendo las voces de los niños riendo y la charla de los mayores. Aunque a veces los encuentro un poco molestos, me hace sentir el ambiente energético de este barrio. 

Por la mañana, horneé mis dulces favoritos recientemente, los canelés. Cuando estaban en el horno, no solo la cocina, pero todo piso huele al caramelo. Soy adicta a este dulzor y disfruto viendo como estos bizcochos hermosos se levantan y se caramelizan en el horno. 

(me gusta mucho este fondo porque se puede ver el árbol de naranjas por la calle, me da una vibra española, especialmente cuando hace sol)

Para el almuerzo, he probado una receta nueva con mi compañera de piso - los aros de cebolla a queso. Los ingredientes son muy básicos, solo las cebollas, queso y unos condimentos, ¡pero la resulta nos sorprendió! La capa de queso era salado y crujiente, mientras que la cebolla era dulce y jugosa. Pensamos que deberíamos repetir esta receta. 


Por la tarde, llamé a mi madre, que estaba en Hong Kong. Debido al comienzo del horario de verano, la diferencia horaria entre los dos lugares ha cambiado de 7 a 6 horas, esto hace que hacer una llamada sea más fácil. Pienso así cada vez el horario cambia y todavía siempre lo encuentro interesante. 

Cuando trabajo en el ordenador,  siempre tengo una bebida preparada al lado mío. Hoy bebí una infusión de cacao que estaba hecha de cáscaras de cacao. Desde la primera vez que la probé en la chocolatería, me enamoré de ella. No contiene cafeína ni azúcar, pero todavía tiene un sabor rico de chocolate y dulzor natural. No hay que añadir endulzante ni leche y ya es una bebida muy reconfortante para tranquilarme.  

Ahora, cuando estoy escribiendo esta entrada, la ventana está cerrada. Aunque todavía escucho un poco de ruido de la calle, no es lo mismo como por la mañana. Este silencio me tranquila y crea un ambiente excelente para que enfoque en las tareas. A veces durante esta hora reflejo lo que he hecho este día, especialmente en este momento.



Comentarios

  1. Me encanta tu texto, Aggie. Sin duda, un sábado cargado de sensaciones. ¡Y qué comida tan apetitosa! :-)

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  2. Me encanta su habilidad de pintar una imagen tan vívida en la mente – es algo único. ¡Tengo muchas ganas de leer tus próximas entradas!

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